domingo, 6 de enero de 2013

Vamos a contar verdades, no mentiras, by Sergi Juanós


TOTO, de la panadería al restaurante de diseño.

No son pocos los críticos de la nueva y atrevida(dados los tiempos que corren) gastro-iniciativa de los propietarios de las panaderías Crustó. La apertura de TOTO en la C/Valencia 246 de Barcelona, entre Balmes y Rambla Catalunya, es toda una declaración de guerra a la crisis y, por qué no decirlo, también a su vecino de enfrente, el un tanto sobrevalorado Cornelia & Co.

Una potente inversión en interiorismo obra del omnipresente interiorista Lázaro Rosa-Violán (Bocagrande, Casa Paloma, ....) y una cocina tan inclasificable como interesante por su original a la par que simple ejecución nos han llamado la atención lo suficiente como para realizar una visita en sábado a mediodía (conseguir mesa las noches del fin de semana sin reserva previa parece que es otro cantar) para disfrutar de buenas ensaladas, excelentes pastas y muy sugerentes platos principales de inspiración "nueva cocina norteamericana", mezcla de diseño, productos "bio" altamente saludables y puesta en escena un tanto desenfadada.

A tener en cuenta la barra de la entrada y su excelente carta de vinos a copas (Toto es también un wine bar), la temperatura de servicio de la cuales, por cierto, debe ser mejorada rápidamente para ser considerado como tal.

En definitiva, una opción a tener en cuenta, eso sí, en la franja alta de precio de los "restaurantes casual" de la ciudad. Cuenta estimada per cápita, con vino por copas, de 30-35€.
A destacar el buen ambiente, si bien algo ruidoso cuando está lleno, que por ahora es casi siempre.



Necesita mejorar...

En general, y salvo contadísimas excepciones, seguimos en un bajísimo nivel de consideración por el servicio del vino. Conocimiento básico inexistente por parte del servicio, que a menudo, y con toda naturalidad, ignora los atributos mínimos de lo que "venden". Copas del todo inadecuadas y que desmerecen el disfrute de los caldos (incomprensiblemente sigue imponiéndose la tristemente famosa copa "princesa"). Temperatura casi siempre demasiado alta, sobretodo en el caso de los tintos, a los que se les atribuye una ideal de servicio igual a la de ambiente (o sea 22-23 grados por lo general, lo que equivale a un 25% o más de lo recomendado por los productores y entendidos). Más allá de la nota que tomen los restauradores, nos corresponde a nosotros los clientes elevar el nivel de exigencia para conseguir corregir esta realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario