TOTO, de la panadería al restaurante de diseño.
No son pocos los críticos de la nueva y atrevida(dados los tiempos
que corren) gastro-iniciativa de los propietarios de las panaderías Crustó. La
apertura de TOTO en la C/Valencia 246 de Barcelona, entre Balmes y Rambla
Catalunya, es toda una declaración de guerra a la crisis y, por qué no decirlo,
también a su vecino de enfrente, el un tanto sobrevalorado Cornelia & Co.
Una potente inversión en interiorismo obra del omnipresente
interiorista Lázaro Rosa-Violán (Bocagrande, Casa Paloma, ....) y una cocina
tan inclasificable como interesante por su original a la par que simple
ejecución nos han llamado la atención lo suficiente como para realizar una
visita en sábado a mediodía (conseguir mesa las noches del fin de semana sin
reserva previa parece que es otro cantar) para disfrutar de buenas ensaladas,
excelentes pastas y muy sugerentes platos principales de inspiración
"nueva cocina norteamericana", mezcla de diseño, productos
"bio" altamente saludables y puesta en escena un tanto desenfadada.
A tener en cuenta la barra de la entrada y su excelente carta de
vinos a copas (Toto es también un wine bar), la temperatura de servicio de la
cuales, por cierto, debe ser mejorada rápidamente para ser considerado como
tal.
En definitiva, una opción a tener en cuenta, eso sí, en la franja
alta de precio de los "restaurantes casual" de la ciudad. Cuenta
estimada per cápita, con vino por copas, de 30-35€.
A destacar el buen ambiente, si bien algo ruidoso cuando está lleno,
que por ahora es casi siempre.
Necesita mejorar...
En general, y salvo contadísimas excepciones, seguimos en un
bajísimo nivel de consideración por el servicio del vino. Conocimiento básico
inexistente por parte del servicio, que a menudo, y con toda naturalidad,
ignora los atributos mínimos de lo que "venden". Copas del todo
inadecuadas y que desmerecen el disfrute de los caldos (incomprensiblemente
sigue imponiéndose la tristemente famosa copa "princesa").
Temperatura casi siempre demasiado alta, sobretodo en el caso de los tintos, a
los que se les atribuye una ideal de servicio igual a la de ambiente (o sea
22-23 grados por lo general, lo que equivale a un 25% o más de lo recomendado
por los productores y entendidos). Más allá de la nota que tomen los
restauradores, nos corresponde a nosotros los clientes elevar el nivel de
exigencia para conseguir corregir esta realidad.
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